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Desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva Mesía, con la colaboración de la Excma. Diputación de Granada, se pone en marcha el Aula de Flamencología "Alfredo Arrebola", primera y única en Granada, con el objetivo de dar a conocer la "Cultura Andaluza" a través del cante, baile y toque.
El aula estará dirigida por D. Alfredo Arrebola Sánchez, Doctor en Filosofía y Letras, Premio Nacional de Flamenco y Flamencología y Director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Málaga.
Abre sus puertas en diciembre de 2008 dando cabida a todas aquellas personas, sin limitación de edad, tanto de Villanueva Mesía como de toda la provincia de Granada que lo deseen.
Contaremos con los guitarristas Francisco Corpas "Kiki Corpas" y Martín Pinilla y con la profesora de baile y Licenciada en Bellas Artes Dña. Ana Ruiz.
Desde el Aula de Flamencología "Alfredo Arrebola" se llevarán a cabo distintas actividades tales como Navidad Flamenca, exaltación de la Saeta, Recitales, Intercambios Culturales y Artísticos, que serán totalmente gratuitas.

martes, 24 de febrero de 2009

DÍA DE ANDALUCÍA

Mañana, 25 de febrero, EL AULA DE FLAMENCOLOGIA "Alfredo Arrebola", con motivo de la ceberación del "DIA DE ANDALUCIA", se traslada al CEIP Cardenal Cisneros para ofrecer a los alumnos de 2º ESO una Charla-Recital, con el siguiente título: ANDALUCIA EN SUS CANTES.

Ponente- Cantaor: Alfredo Arrebola

Guitarrista: Martín Pinilla

Hora: 10 de la mañana

miércoles, 18 de febrero de 2009

GRANAINAS CONTINUACIÓN

GRANAINAS (2)

Fue porque no me dio gana,
Rosa si no te cogí;
Fue porque no me dio gana.
Al pié del un rosal dormí
Y rosa tuve por cama
Y de cabecera un jazmín.
… El pensamiento del flamencólogo don José Blas Vega, respecto a las “Granaínas”, es el siguiente: “… La granadina o fandango de Granada ha tenido dos líneas artísticas partiendo de un mismo origen. En su versión más autóctona y pura, y después de diversos cultivadores más o menos significativos, llegó a su cenit con la personalidad de Frasquito Yerbagüena (1883 -1944). La otra línea fue cimentada, engrandecida y divulgada por obra exclusiva de Antonio Chacón (1869 -1929), respetando el material sencillo, popular y hermoso que tenía a mano, el de la vieja granadina”, cfr. Vida y Cante de Don Antonio Chacón”, pág. 186. Córdoba, 1968.
Sin miedo, pues, al error, se puede afirmar que la Granadina es una derivación del fandango, en la misma medida que la Malagueña. Se diferencia de ésta en que la Granadina es puro arabesco de filigranas, en el que la abundancia de melismas originan, a veces, perjuicio a la pureza del cante. Ahí puede estar el peligro de cómo deben interpretarse estas primitivas formas de cantos granaínos, tal como me recordaba, con relativa frecuencia, mi inolvidable maestro Manuel Celestino “Cobitos de Graná” (1896 – 1986).
Está perfectamente demostrado que don Antonio Chacón habría escuchado a la cantaora granadina Africa Vázquez “La Peceña” en el Café del Burrero de Sevilla, allá por el año 1886, como también oiría cantar a los campesinos granadinos, al mozo de cuadras de los Marqueses de Larios (Málaga) y – cómo no – al Calabacino, a Paquillo del Gas, al Tejeringuero y, especialmente, Francisco Gálvez “Frasquito Yerbagüena”, durante su estancia en Granada (1890). Como también está demostrado que Chacón elevó este cante a cotas insuperables de maestría y musicalidad. Don José Luque Navajas en su libro “Málaga en el cante”, pág. 80 (Málaga, 1965) creía que Chacón se había inspirado en una malagueña, concretamente en la de Diego el Marrurro, pero esta teoría no tenía base histórica, dada la incertidumbre de la tal malagueña. El cantaor jerezano – Don Antonio Chacón – grabó este cante en tres ocasiones con letras que han pasado a la posteridad, y que jamás, así de sencillo, se dejarán de cantar:
“La que vive en la Carrera
La Virgen de las Angustias.
Esa Señora bien lo sabe
Si yo te quiero de veras”, o la que tanto vitorea el pueblo granadino:
“Viva el Puente del Genil
Viva Graná que es mi tierra.
La Virgen de las Angustias,
La Alambra y el Albaicín”.
Otro genial intérprete de la “vieja granadina” fue el sevillano Manuel Vallejo, nombre artístico de Manuel Jiménez Martínez de Pinillo, (1891 – 1960), quien confesó públicamente que su “Granaína” la había tomado directamente de la personalidad de Chacón, cfr. Revista “Candil”, número 67. Ferbrero 1990. Famosa es su copla “Aonde yo te conocí / sé que se llama Alambra…”. Más tarde, el mismo Vallejo le fue introduciendo nuevas aportaciones: voz y musicalidad, de tal manera que llegaría a ser registrada como “Media Granaína de Vallejo”.Esto es una verdad históricamente demostrada, es decir, Manuel Vallejo puede ser considerado como un auténtico “recreador” de la Granaína. Continuadores de Chacón fueron, entre otros, Cayetano Muriel “Niño de Cabra”, Bernardo el de llos Lobitos, Pepe Marchena, José Cepero, Angelillo, Juanito Mojama, Jacinto Almadén, Aurelio de Cádiz, etc.
Desde el punto de vista musical, debemos decir que tanto para la Granaína como la Media Granaína se emplea igualmente un “semitono”, el formado entre Si (séptima) y Do mayor, siendo su tónica Mi menor. Su métrica en el compás 3 x 4 es igual que la Malagueña, Taranta o Cartagenera, como cante derivado del primitivo fandango, según el universal Maestro Manuel Cano en su obra “La Guitarra. Historia. Estudios y Aportaciones al Arte Flamenco”, pág. 123 (Granada, 1991). Asimismo, no podemos dejar de remachar que la diferencia entre Malagueña, Taranta o Cartagenera con las Granaínas estriba solamente en el tono, esto es, las Granaínas van en “Si mayor”, las Malagueñas en “Mi mayor” y los “Cantes mineros” (Taranta, Cartagenera, Murciana, etc.) se tocan en “Fa sostenido”. Por eso cualquier guitarrista, acompañando a un cantaor, puede pasar de la Malagueña a la Granaína haciendo los mismos melismas de la Malagueña pero en “Si mayor”. Y si los mismos melismas malagueños (“Mi mayor”) los transporta a “Fa sostenido” tendremos, entonces, Taranta, Cartagenera, Minera,etc.
Los teóricos del cante han considerado a las Granaínas – mal, por cierto – dentro del llamado “Cante de Levante”. Yo no estoy de acuerdo, y lo puedo demostrar. Pero aquí no es su sitio, por desgracia. Las Granaínas constituyen un cante profundo, y bastante más difícil de lo que dicen algunos tratadistas. Las Granaínas, habla la voz de mi experiencia cantaora, pueden alcanzar tal grado de justeza y equilibrio en la distribución perfecta de sus elementos, que hay que reconocerles extraordinaria belleza y profundidad flamencas.Literariamente consideradas, las Granaínas están construidas en coplas de cinco versos octosílabos, es decir, una quintilla que riman, por lo general, en consonante primero, tercero y quinto, y que el cantarse se suelen convertir en seis, por repetición de uno de los primeros versos. La Media Granaína es un cante más afiligranado y brillante que la Granaína y, aunque parezca extraño, es – musicalmente – más fácil. La “Media” juega bien en los cantaores de buena y atiplada voz, y ha recibido muchas influencias árabes y andaluzas. Sus coplas y musicalidad nos están recordando a cada momento el espíritu que envuelve a la ciudad: paisaje, ambiente y belleza natural, unido a una fuerte carga emocional de su vieja y trascendental historia. Desde siempre se ha reconocido a Don Antonio Chacón como el “Creador” de esta joya musical, que rezume en sí misma dulzura, armonía y delicadeza. El término “Media Granaína” jamás ha tenido en el flamenco el más mínimo sentido infravolarativo. Nada más lejano a ella. Después, por uno de esos inexplicables y extraños juegos de la fortuna, se trastocaron las denominaciones de los cantes que Chacón dedicó a la ciudad nazarí. Lo que el cantaor jerezano llamó “Media Granaína” hoy se conoce y nombra por “Granaína”, y, consecuentemente, su “Granaína” se etiqueta como “Media Granaína”. Existen varias razones para este cambio, atribuyéndolo, en parte, a las casas discográficas, a la enjundia y dificultad del cante que Chacón no quiso atribuirse, a ciertos cantaores –José Cepero, entre ellos – y, tal vez, al orden en el que se suelen interpretar:costumbre que ha convertido en una ley flamenca. Las Granaínas jamás pasarán porque son un cante de obligada presencia en la praxis de todo cantaor flamenco.
Alfredo Arrebola, Profesor-Cantaor

lunes, 16 de febrero de 2009

Tercera Sesión del Aula de Flamencología

Día: 16 de febrero
Hora: 7 de la tarde
Lugar: Salón de Plenos del Ayuntamiento

Tema: LA CULTURA ANDALUZA A TRAVES DEL ARTE FLAMENCO, a cargo de D. Alfredo Arrebola Sánchez, Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada (1978), Profesor Jubilado, Miembro de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera y “Miembro de Honor” del Sindicato Nacional de Escritores Españoles.

RECITAL DE CANTE FLAMENCO:

- Nazaret Marcos ( Ogíjares)
- Alfredo Arrebola


Guitarristas:

Ángel Alonso, Presidente de la Peña Flamenca “Los Ogíjares”-Granada

Martín Pinilla, de Huétor Tájar - Granada

La asistencia al acto es totalmente gratuita. Os esperamos a todo/as.

jueves, 12 de febrero de 2009

GRANAINAS

Granada, Granada mía,
Tierra donde me crié.
La Virgen de las Angustias
Fuerzas y salud me dé
Para que te vuelva a ver.

No cabe la menor duda: me tocan las fibras más sensibles de mi corazón flamenco, de mi corazón que se rompe cuando canta por Granaínas. Y es cierto: lo doy todo en estos cantes que acostumbro, por lo general, interpretarlos cuando la voz ya está cansada y rota. Es, simplemente, mi forma de ser y sentir el cante. Por ello, como responsable del Aula Municipal de Flamencología creada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva Mesía – mi tierra natal – y la Diputación Provincial, tengo que poner toda la carne en el asador para explicar y dar a conocer esta bella y difícil forma flamenca. Primero, como cantaor granadino – yo no soy “cantaor malagueño”, como malintencionadamente han pretendido algunos -, sino nacido en la rica y exuberante vega de Villanueva Mesía (Granada), bañada por las aguas del río Genil; y en segundo lugar, como investigador tampoco debo rehusar a poner mi granito de arena en la exposición histórica, literaria y musical de dos estilos flamencos – así los reconoce la flamencología - que, desde siempre, han definido a la bella ciudad de los Cármenes.

Se ha dicho, y con razón, que Granada ha sido siempre una ciudad musical. Tal vez por ello, don Manuel de Falla dijo que “…Granada ha sido el punto principal donde se fundieron los elementos que han originado así las danzas como el “Cante Jondo”, aunque posteriormente se hayan creado formas y denominaciones especiales de estos cantos y danzas en otros lugares de Andalucía, e incluso haya sido en ellos donde mejor se han conservado”. Conforme a estas palabras, Falla manifiesta este juicio sin apoyos históricos, fundándose solamente en el orientalismo de la música y de la danza, perdurables sus características a través de tan amplia denominación islámica sobre la ciudad y su incidencia sobre lo gitano.

Es cierto que Granada no tiene propiamente “cantes flamencos autóctonos”, sino adaptaciones de otros cantes mezclados con la idiosincrasia de esta tierra, lo que significa una creación, pero secundum quid, es decir, aportaciones externas de lo que ya tenía Granada. Esto es: a partir del fandango autóctono aparecerá el cante por granaínas. No debe olvidarse, bajo ningún concepto, que la Granaína – la antigua granadina – no fue más que un fandango alegre y bailable y, seguramente, de una extraordinaria belleza musical. Era, simplemente, el fandango con el que Granada celebraba sus fiestas hasta finales del siglo XIX, como testimonia Antonio Joaquín Afán de Ribera en su obra “Fiestas Populares de Granada” (1885). En él podemos leer:

“Dos cosas tiene Granada
que le envidia el universo:
la Virgen de la Carrera
y San Miguel en el cerro”.

Por otra parte, resulta bastante curioso para la situación de la época de creación de este cante, el no encontrarlo registrado por ningún cantaor reseñado en los catálogos de “Disco Gramófono y Odeón” que, como generales, recogen las grabaciones hasta la fecha 1923 y 1924, tal como afirma Manuel Canto en “La Guitarra. Historia, Estudios y Aportaciones al Arte Flamenco”, pág. 123 (Granada, 1991). Y es digno de reseñar que entre los tratadistas flamencos encontremos desde una omisión, como puede comprobarse en “Mundo y formas del cante flamenco”, de Ricardo Molina y Antonio Mairena (Revista de Occidente, 1963), hasta lo que Domingo Manfredi Cano nos dice “… que la media granadina no tiene siempre buena prensa entre los cabales flamencos, hay quien le niega la sal y el agua y la tiene por hija bastarda que no conviene enseñar demasiado”. Más tarde, sin embargo, diría que es cante bueno, fandango “amoriscado” de la vieja Granada”, cfr. “Cante y baile flamencos” (León, 1973). El poeta y flamencólogo Manuel Ríos Ruiz, cfr. “Introducción al cante flamenco” (Madrid ,1972) afirma que un cante de más reciente creación son las granainas y medias granainas, fandangos que empiezan a divulgar Frasquito Yerbagüena, Paquillo el del Gas, El Calabacino, El Tejeringuero, cantaores locales, y que difundieron Antonio Chacón y otros cantaores bajo-andaluces como Vallejo, Centeno, Canalejas, El Pena…”.Y otra opinión es la de Carlos Almendros quien dice “…granadinas que proceden del tronco de las malagueñas. Fue D. Antonio Chacón quien les dio la musicalidad y solemnidad profunda que tienen”, cfr. “Todo lo básico sobre el flamenco”, pág. 67 (Barcelona, 1973).

Yo he podido averiguar que las granadinas no son cantes recientes, sino que se cantaban en las reuniones y en los incipientes cafés cantantes no sólo en Granada, sino en todas las ciudades andaluzas hacia la mitad del siglo XIX, en fiel testimonio de Serafín Estébanez Calderón – cfr. “Escenas Andaluzas. Un baile en Triana” (Madrid, 1847) – quien nos dice: “… Cuando los principales cantadores apuran sus fuerzas, se suspenden las tonadas y polos de punta, de dificultad y lucimiento, y entran en liza con la Rondeña o la Granadina, otros cantaores y cantaoras, de no tanta ejecución, pero no inferiores en el buen estilo”. La granadina fue también un baile, allá por el 1860/70, que subió a los escenarios de los principales teatros andaluces. Fue, en fin, uno de esos fandangos que, por obra y gracia de los artistas flamencos, entró en el repertorio de aquellos que hicieron del cante su “modus vivendi”. Famosas fueron, cómo no, las granadinas de África Vázquez, natural de La Peza (Granada), que las cantó en el Café Silverio de Sevilla a finales del siglo XIX: “Viva Graná que es mi tierra, / viva el Puente del Genil, / la Virgen de las Angustias, / la Alhambra y el Albaicín”. Esta sería posiblemente la granadina que conoció y engrandeció don Antonio Chacón (1869-1929). Ese cante, la “granaina chica”, la que, según Fernando el de Triana, “… en razón debiera llamarse media granadina, que a pesar de no ser tan complicada como los otros cantes, es de una valentía enorme y hay que tener grandes pulmones para cantarla”, cfr. “Arte y artistas flamencos”, pág. 271 (Madrid, 1935). Por tanto, la “Granadina” es una “recreación” del fandango natural en la voz del intérprete, bajo la influencia de melismas árabes. Por ello la “Granadina” ha evolucionado hacia una modalidad más discordante, de cualidad ciertamente oriental, que el fandango. Lo que ha conducido a ser considerarla como una modalidad propia dentro del frondoso árbol flamenco. Es decir, tiene su propia naturaleza.
Alfredo Arrebola, Profesor-Cantaor