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Desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva Mesía, con la colaboración de la Excma. Diputación de Granada, se pone en marcha el Aula de Flamencología "Alfredo Arrebola", primera y única en Granada, con el objetivo de dar a conocer la "Cultura Andaluza" a través del cante, baile y toque.
El aula estará dirigida por D. Alfredo Arrebola Sánchez, Doctor en Filosofía y Letras, Premio Nacional de Flamenco y Flamencología y Director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Málaga.
Abre sus puertas en diciembre de 2008 dando cabida a todas aquellas personas, sin limitación de edad, tanto de Villanueva Mesía como de toda la provincia de Granada que lo deseen.
Contaremos con los guitarristas Francisco Corpas "Kiki Corpas" y Martín Pinilla y con la profesora de baile y Licenciada en Bellas Artes Dña. Ana Ruiz.
Desde el Aula de Flamencología "Alfredo Arrebola" se llevarán a cabo distintas actividades tales como Navidad Flamenca, exaltación de la Saeta, Recitales, Intercambios Culturales y Artísticos, que serán totalmente gratuitas.

jueves, 29 de enero de 2009

EL SENTIMIENTO MUSICAL DEL HOMBRE

Me ha parecido conveniente y útil comenzar estos breves comentarios por algo tan interesante en la vida de todo ser humano: La Música. Don Miguel de Cervantes, en su inmortal obra “Don Quijote de la Mancha”, ya nos habla de la importancia de la música en el hombre. Y de él son estas palabras: “…Me acogía al entretenimiento de leer algún libro, o tocar una harpa, porque la experiencia me mostraba que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”. Pues bien, como Director de la recién creada AULA DE FLAMENCOLOGIA instaurada y patrocinada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva Mesía (Granada) – mi ciudad natal – y la Diputación Provincial, he creído oportuno reflexionar un momento acerca del “sentimiento musical del hombre” en general, y en particular de los esos hombres, no siempre bien recibidos, llamados “cantaores flamencos”. Y tal es así que puedo afirmar – tras una larga experiencia artística- que la música es, por su propia naturaleza metafísica, “algo innato”. Sin ella, me parece que no se podría concebir la vida, aunque haya alguien – rara avis – a quien no le guste la música.
El viejo refrán “quien canta, sus males espanta” no es sólo fruto de la sabiduría popular. Nada más lejano a la realidad. Porque se ha publicado recientemente un libro en Zurich (Suiza) que demuestra que la música cura enfermedades del cuerpo y del alma, rejuvenece e incluso aumenta la capacidad intelectual. En este trabajo se demuestra que contra el agobiante estrés de la durísima vida cotidiana, Mozart; para aliviar el dolor de cabeza, Bach; si uno se siente deprimido, oiga a Smetana. El médico vienés y reconocido practicante de la músicoterapia, Antón Nuemayr, afirma que “ya en la antigüedad se descubrió que había una estrecha relación entre la música y el ritmo del pulso”, lo que explica que muchos de sus colegas, y él mismo, apliquen la música “como terapia de apoyo a otros tratamientos”. Y, como la virtud bien entendida empieza por uno mismo, es una “tradición histórica” que los médicos cultiven la música más que el resto de la población. De hecho, entre los siglos X y XVII “aprender música era una condición previa para estudiar medicina”.
El furor mundial por la músicoterapia data, sin embargo, desde hace pocas décadas, cuando se descubrió que la combinación armónica de sonidos no sólo podía actuar contra problemas emocionales, sino también combatir enfermedades corporales. De ahí nació su consideración como método de tratamiento con base científica que es enseñada con el mismo rango que cualquier otra materia en la Escuela Superior de Viena. En Europa existen Escuelas de Músicoterapia para enseñar e investigar acerca de las propiedades curativas de la música; y muchos hospitales, incluso de la Seguridad Social, ya integran sus recomendaciones en el tratamiento y rehabilitación de enfermos, puesto que la música tiene una relación directa con el alma de las personas y cualquiera de sus manifestaciones puede no sólo relajar, sino también activar nuestras funciones vitales.
Como intérprete profesional, me creo suficientemente capacitado para decir a los cuatro vientos que el Flamenco es una extraordinaria manifestación musical, plena de todos los elementos necesarios para conseguir una perfecta y total relajación. La voz de mi propia experiencia y la ajena me lo confirman así. ¿Qué cantaor, o simple aficionado, no encuentra una perfecta relajación, oyendo un cante por soleá, una seguiriya, o una profunda malagueña? ¡Cuántas anécdotas podría yo contar de los efectos terapéuticos que engendra el arte flamenco!. Se me viene a la mente un recital que di en Jódar (Jaén), cuando canté por Livianas y Seguiriyas su efecto fue tal, que se produjo entre los asistentes una verdadera catarsis. Y eso es, para mí, en últimas instancias, el flamenco: irradiar paz, tranquilidad, gozo, solidaridad y cultura, lo que da al flamenco ser una forma del “Ser andaluz”.
Por otra parte, pienso que nadie negará que cada vez interesa más el fenómeno musical. La radio y la televisión lo adoban todo con música; es su instrumento más idóneo, y en todos los trabajos hay un fondo musical que sirve de alivio a los esfuerzos que conlleva cualquier actividad laboral. Y aparte de los buenos programas de música sabia, folclórica y ligera, preparada ad hoc, hasta los más pedestres anuncios requieren hoy su leit motiv o tarjeta musical de presentación publicitaria. Asimismo, puede afirmarse, sin error, que en la actualidad se comercia con la música como se comercia con el carbón, el petróleo, el acero, los coches…., es decir, se generaliza.
Dadas las facilidades de grabación y emisión musicales, el producto musical se ha convertido en artículo de primera necesidad. Tal es así, que podría afirmarse que el hombre no puede ya vivir sin la música. No obstante, causa pena ver que las asignaturas de Música y Folklore sigan aún un poco arrinconadas en los programas educativos. Sin embargo, en honor a la verdad, hay que decir que en Andalucía, desde hace tiempo, está despertando la vocación por el estudio de la música y folklore. Esto es comprensible, si tenemos en cuenta la “sensibilidad musical” del pueblo andaluz, que desde siempre ha expresado sus sentimientos artísticos a través de la Poesía y la Música. Me reafirmo, una vez más, en que el hombre no puede vivir sin la música, aunque no la comprenda.¡Y hasta para rezar se sirve de ella!. San Agustín (s.IV) nos dejó dicho: “Reza dos veces quien bien canta”. Y la misma Biblia no es más que un canto de alabanza y perdón a Dios por medio, muchas veces, de la música. Más aún: la historia nos enseña que todas las religiones se han servido de la música en sus actos más importantes. La música – dice la voz popular – “amansa a las mismas fieras” – Y, como cantaor, me atrevería a decir que la música llega a hacerse filosofía en la mente del hombre pensante. No es extraño, pues, que los más célebres filósofos y matemáticos hayan expresado su pensamiento sobre qué sea la Música. Y así, para Leibniz, “la música es el ejercicio inconsciente del cálculo; para L. Stokowski la música era “la poesía expresada por sonidos en lugar de palabras”.Se podría afirmar que la música es IDIOMA UNIVERSAL, como lo manifestó el fabulista T. Iriarte: “Un idioma tan grave y persuasivo, / que la nación más bárbara o inculta / se rinde a su eficacia y atractivo”. Y tiene - cómo no – capacidad para hablarnos de diferentes modos: trayéndonos recuerdos a la memoria, emociones al corazón e impresiones a nuestra sensibilidad. ¡Qué bien lo dijo el poeta irlandés Oscar Wilde: “La música es el arte que más cerca se halla de las lágrimas y de los recuerdos”. Hoy está muy vigente la MUSICOTERAPIA. Los “Sonidos negros” del cantaor Manuel Torre hizo temblar la sensibilidad poética de Lorca, y cuántas lágrimas no derramó don Manuel de Falla al no poder transcribir en pentagrama los ecos flamencos del “Faraón del Cante” en la “Taberna del Polinario” (Granada, 1922). En síntesis, la música puede convertirse en una verdadera y auténtica catarsis, y en el flamenco más. Vale, pues, esta brevísima reflexión sobre “el instinto musical” del hombre.

Alfredo Arrebola

jueves, 8 de enero de 2009

Nota de prensa

En el siguiente enlace puedes ver la nota de prensa publicada en el Ideal sobre la inauguración del Aula Municipal de Flamencología "Alfredo Arrebola"

http://www.ideal.es/granada/20081217/provincia/abre-puertas-aula-municipal-20081217.html

Inicio de las clases

En este recién estrenado año 2009 se inician las clases del Aula Municipal de Flamencología "Alfredo Arrebola". Durante el mes de enero se realizaran los siguientes actos:

I.- Día 15
Hora: 7 de la tarde
Lugar: Salón de Plenos del Ayuntamiento
TEMA: Los cantes folklóricos/ Preflamencos: Nanas, Trilleras, Temporeras, Cantos de siega, Romances, Verdiales, Saetas primitivas, etc..
Ponente: Alfredo Arrebola, Profesor-Cantaor Guitarristas: Kiki Corpas y Martín Pinilla

II.- Día 30
Hora: 7 de la tarde
Lugar: Salón de Plenos del Ayuntamiento
TEMA: Flamenco y Poesía Ponente: Don Carlos Benítez Villodres, Poeta y Escritor de Málaga.
Recital de Cante, en la voz de JULIO FAJARDO de Motril
Guitarrista: Kiki Corpas